La otrora chica rebelde Lily Allen se quiere convertir en una nuera de manual… de los años 50. La cantante, que se acaba de casar con Sam Cooper y está esperando su primer hijo, quiere aprender a confeccionar cojines para su bebé y ya los está bordando.
Eso, unido a su decisión de alejarse de los escenarios y de disfrutar de su casa en el campo, dibuja una Allen muy distinta a la que conocíamos cuando despuntaba en las listas de éxitos. Tanto que no quiere volver a oír hablar de viajes interminables y de estar constantemente alejada de su familia.
Fuente: enelbrasero.com
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